*Con un atractivo programa de actividades y el reconocimiento al patrimonio vivo, la Dirección de Extensión UACh y la Agrupación de Anticuarios y Afines de Valdivia dieron cierre a la X temporada de la Feria de Antigüedades El Torreón.

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En la última jornada dominical de la Feria de Antigüedades El Torreón, la Universidad Austral de Chile testimonió con el reconocimiento “Patrimonio Vivo Urbano” al conocido suplementero valdiviano  Don Israel Morales, que lleva más de 45 años  vendiendo el periódico en la ciudad y siendo testigo de la historia periodística de la capital de Los Ríos  al repartir los primeros diarios como  El Correo de Valdivia, Diario 24 horas y el actual Diario Austral de la Región de Los Ríos.

El reconocimiento fue entregado por el Rector de la Universidad, Dr. Víctor Cubillos y el Director de la Dirección de Extensión, Prof. Arturo Escobar, en la ceremonia realizada en el Torreón El Canelo que contó con la participación de destacadas autoridades regionales, además de vecinos del sector, amigos y clientes del homenajeado.

“Estoy muy agradecido que la Dirección de Extensión me haya elegido como patrimonio viviente, ya que en mis años como suplementero he conocido a mucha gente que ha valorado mi trabajo durante tantos años, he visto crecer y pasar muchas generaciones. Para mí, mis clientes son amigos de toda la vida. Me siento orgulloso de recibir este reconocimiento de la Universidad para un trabajador que de forma incógnita ha estado haciendo una labor para los ciudadanos de Valdivia”, indicó Morales. 

A los 7 años de edad don Israel Morales comenzó a repartir diarios por las calles de la ciudad junto a sus cuatro hermanos mayores. Cuando tenía 12 años ingresó al Sindicato de Suplementeros de Valdivia y vivió la experiencia más dura de su vida, el terremoto de 1960. Sin embargo a pesar de la catástrofe él siguió vendiendo el periódico para ayudar a su familia. En aquel recorrido por las destrozadas calles valdivianas, una de sus clientes, que estaba a cargo de la oficina de repartición de ayuda que venía de países extranjeros, le regalo un “par de zapatos”, hecho que marcó su vida ya que nunca había tenido calzado y siempre andaba a pies descalzos.

Desde el año 2011 que la Universidad hace entrega de este testimonio al Patrimonio Viviente, destacando a personas que con su oficio y aporte son parte de nuestra historia patrimonial valdiviana. En versiones anteriores se ha reconocido a diversos personajes como el profesor y acordeonista Raúl Mautz y a Herminda Maliqueu, vendedora de verduras, ambos con una trayectoria de trabajo que han marcado a diversas generaciones valdivianas.

Durante la ceremonia la Dirección de Extensión homenajeó asimismo a los miembros de la Agrupación de Anticuarios y Afines, destacando su colaboración en el rescate histórico patrimonial de Valdivia a través de imágenes y objetos del pasado que permiten recrear vivencias.  También se reconoció a dos funcionarios de la Universidad por su colaboración en la realización de la Feria de Antigüedades El Torreón.

El Director de Extensión valoró la importancia de la realización de la Feria de Antigüedades como espacio de encuentro con la historia patrimonial de Valdivia. “Es un día muy especial, cerramos un ciclo de esta Feria de Antigüedades como siempre hemos querido, con un aporte importante del conocimiento por parte de nuestra Universidad hecho dentro de la casa de Extensión, como el coloquio realizado en el día de hoy. Estamos contentos ya que este año hemos podido tener una Agrupación de Anticuarios y Afines que está funcionando, que permite que trabajemos tranquilamente desde la Universidad en conjunto con ellos y presentar una serie de proyectos que tenemos con el objeto de realzar más esta feria y lo que significa esta esquina, relevando su importancia y creando espacios para conversar en torno a nuestro patrimonio”. 

Cabe destacar que al término de las actividades de este domingo se presentó el conjunto musical valdiviano Antares, que interpretó diversas canciones de su repertorio tradicional con enfoque latinoamericano.

Construyendo una identidad histórica patrimonial y cultural

La Feria de Antigüedades no sólo es un reencuentro con el pasado, es un espacio de conocimiento entre la comunidad y la Universidad. En el marco de finalización de esta actividad  la Dirección de Extensión de la UACh realizó el Coloquio “Torreón El Canelo y su Entorno” para conversar sobre  el patrimonio histórico de la ciudad de Valdivia y de la esquina Yerbas Buenas con calle Yungay.

En la actividad  participaron  destacados expertos y académicos de la Universidad como el Dr. En Historia, Fabián Almonacid y la Dra. Laura Rodríguez especialista en ciencias humanas e historia y geografía, el Director del Museo Sitio Castillo de Niebla, Ricardo Mendoza y la Coordinadora de la Comisión Asesora de Monumentos Nacionales de la Región de Los Ríos, Sandra Ranz. Entre los oyentes del Coloquio se encontraban vecinos del sector y autoridades de la casa de estudios superiores y políticas.

El tema principal de la jornada fue la historia patrimonial de la esquina Yerbas Buenas y la calle Yungay, donde se concentran varios monumentos nacionales como el Torreón El Canelo y la Iglesia San Francisco. Lo relevante de esta instancia fue dar a conocer el valor cultural de estos iconos que son parte de la comunidad y cómo estos pueden contribuir a desarrollar un turismo histórico.

Sin embargo, el debate entre los participantes dejó como conclusión que en Valdivia el patrimonio arquitectónico no ha sido protegido y a través de mejoras a la ciudad se han destruido vestigios importantes que albergan una información invaluable sobre nuestra historia. “Es importante conservar nuestro patrimonio para que no se pierda el conocimiento ya que son fuente invaluable para conocer nuestra historia”, explicó Mendoza.

ENTREVISTA

Israel Morales, un suplementero que deja huella en la historia de Valdivia

*Una vida de esfuerzo y de trabajo a temprana edad define a este hombre que lleva más de 45 años vendiendo el periódico en la ciudad de Valdivia en su quiosco ubicado en la calle Vicente Pérez Rosales, a un lado del Café Entrelagos.

En un frio invierno del año 1948 nació don Israel Morales Espinoza en Valdivia, fue el tercero de 11 hermanos  y siempre fue muy apegado a su padre. A los 7 años de edad comenzó a trabajar junto a tres de sus hermanos repartiendo el periódico por las calles de la ciudad y así colaborar con su familia. A los 12 años ya era socio del Sindicato de Suplementeros de Valdivia, a los 20 años contrajo matrimonio y a los 51 enviudo.

Su trabajo como suplementero le ha brindado muchas satisfacciones, tener su propio quiosco, y  educar a sus cuatro hijos, Viviana Bióloga Marina; Cecilia, profesora de Lenguaje y Comunicación; Israel, Ingeniero Mecánico y Freddy, Ingeniero en Prevención de Riesgos.  Además pudo realizar su otra gran pasión comprarse una moto para salir a recorrer el norte de Chile junto a su fiel y actual compañera “La Panchita”.

Toda su vida ha estado ligada a la historia periodística de Los Ríos, repartiendo los primeros diarios como El Correo de Valdivia, Diario 24 horas y el Diario Austral de la Región de Los Ríos, muchas generaciones han pasado por su negocio, han pasado de ser simples clientes a amigos.

Esta trayectoria le ha otorgado el reconocimiento Patrimonio Viviente Urbano por parte de la Dirección de Extensión de la Universidad Austral de Chile, en la ceremonia no sólo estuvo acompañado por sus hijos y nietos sino que por sus clientes y amigos que han estado con él desde sus inicios hasta tiempos actuales.

Su historia a través de sus palabras

A los siete años usted comenzó su trabajo como repartidor de periódico ¿Cómo fueron sus inicios?

Me marcó a temprana edad, me marcó la vida ya que mi infancia no fue de un buen pasar, mi padre era Carpintero y en los años 50 la situación era muy dura ya que estábamos saliendo de la Segunda Guerra Mundial y había mucha pobreza. Un amigo de mi papá le dijo que porque no traía a sus hijos para vender diarios y desde ese día empezamos a salir a la calle, yo vendía más de 500 diarios.

A pesar de la catástrofe de 1960 usted siguió vendiendo diarios por las calles destrozadas de Valdivia ¿Qué fue lo que lo motivó a continuar con su función?

Desgraciadamente la situación económica no era muy buena y nos quedamos pegados en esa situación y lográbamos vender una cierta cantidad que nos permitía ir surtiendo la despensa de la casa y yo salía de la casa temprano a vender y después me iba al colegio.

Entre sus anécdotas se cuenta que usted conoció su primer par de zapatos después del terremoto de 1960 ¿Cómo fue aquella experiencia?

 Yo trabajaba en la calle Aníbal Pinto y para el regional, ahí conocí a una señora  que era visitadora social y ella se hizo cargo de la repartición de ayuda que venía del extranjero para los damnificados del terremoto y ahí ella me dijo que me acerque a la oficina de reparto y me regalaron mi primer par de zapatos. Nosotros éramos 11 hermanos y mi mamá tenía zapatos y con mis hermanos nos levantábamos temprano para quitarle los zapatos.

Finalmente, ¿qué significan para usted sus clientes?

Para mi mis clientes son amigos, hemos tenido una buena relación, ellos me invitan a sus casas y compartimos una bebida porque ellos me conocen de tan chico que para ellos yo soy una alegría. Muchas veces mi familia me dice que cierre el quiosco para salir a pasear y yo respondo que primero voy a entregar mis diarios y de ahí salimos.

Escrito por: Sofía Monsalve - Periodista colaboradora Dirección de Extensión Email: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

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